- La idea es que “tu pareja tiene que satisfacer las necesidades que son importantes para ti.” Es decir, la relación es un método de intercambio. Asume que las necesidades son fijas y definitivas, sin descartar que a veces las desconocemos, o también que hay necesidades insanas y destructivas.
- La idea de que una persona pueda corresponder a todas y cada una de las dimensiones de tu multifacético ser, no es nada realista.
- Los seres humanos somos individuos-sociales, necesitamos pertenecer a distintos ambientes, y pretender que una persona sustituya a una comunidad de amigos, familiares, colegas, club, deportes, etc. es imposible.
- La frase “tú eres todo para mí” aparece como ridícula. Los resultados “contables” de este tipo de relaciones imposibilitan el desarrollo de la intimidad.
- El amor y satisfacer tus necesidades tienen muy poco en común. Esta idea transfigura la relación de manera imperiosa, impositiva y explotadora.
- Todo se empeora cuando le ponemos el título de necesidad a nuestras ansias, deseos, emociones, anhelos o preferencias. Porque reclamaremos con ira si el compañero o no las cubre o les presta poca atención.
- El amor es algo más que una lista de supermercado, tampoco tiene que ver con el “amor incondicional”.
- Cuando la gente logra hacerse responsable de sí misma aumenta su atractivo romántico.