Las Emociones y la Alquimia. Nilda Chiaraviglio.

Las emociones y la alquimia: del dolor al aprendizaje. Nilda Chiaraviglio

Recomendamos leer Pareja en Construcción.

Nilda Chiaraviglio.

Cuando hablamos de autoconocimiento también hablamos de poder nombrar las emociones que experimentamos en cada momento. Las emociones nos avisan acerca del sistema de creencias que estamos utilizando para interpretar lo que está sucediendo en nuestro entorno.

Por ejemplo, si vamos caminando distraídos por la calle y nos tropezamos con otra persona y se enoja y nos gritan que miremos donde caminamos, y eso lo interpretamos como:

A) Un insulto, una gran ofensa. Es muy probable que también nos enojemos y nos defendamos (cada quien a su manera) de la agresión que nos hicieron.

B) Nos decimos algo así como “pobre hombre que mal se levantó hoy”, entonces tal vez sentiremos un poco de compasión y seguiremos caminando muy tranquilos.

Nuestras emociones dependen de cómo interpretemos lo que está sucediendo, y esa interpretación depende de nuestra historia de vida y de cuánto hayamos reflexionado para elegir cómo queremos pensar y vivir.

Otro ejemplo muy útil para comprender cómo funcionamos es cuando vamos al cine con varias personas a ver la misma película y cuando salimos y la comentamos es muy probable que cada quien converse de eventos en los cuales los otros no repararon en absoluto.

Propongo aquí un ejercicio para concientizar cuánto nos podemos equivocar cuando interpretamos a nuestro compañero:

Instrucciones para uno de los miembros de la pareja:

Al finalizar cada día, escribir en una hoja con dos columnas. En el lado izquierdo tres acciones de su pareja, y del lado derecho escribir cómo la interpretamos nosotros.

Al finalizar entregar el cuaderno a su pareja para que clasifique como: caliente, tibio o frío, según esas interpretaciones se acerquen a su sentir:

+Caliente: muy cercanamente a lo que está sintiendo o pensando

+Tibio: más o menos cercano

+Frío: muy alejado

No deberán conversar acerca del tema, todo se realizará en silencio y a nivel individual.

Para el otro miembro de la pareja:

Al finalizar cada día, escribir en su hoja del lado izquierdo tres momentos del día en que sintió ganas de… (elegir alguna conducta), y del lado derecho anotar que pasó exactamente antes de que le surjan esos deseos, por ejemplo: ¿qué estaba haciendo el otro?, o cualquier otro evento o pensamiento que se le haya cruzado por la cabeza.

Al finalizar, entregar el cuaderno a la pareja y clasificar como: caliente, tibio o frío, según sea el caso.

+Caliente: si se dio perfecta cuenta de que eso iba a suceder

+Tibio: cuando lo intuyó pero no le dio importancia

+Frío: cuando ni le pasó cerca esta idea o sentimiento

El resultado de este ejercicio suele ser de dos tipos: es refrescante para el vínculo y comienzan a darse cuenta de cómo están funcionando entre ellos, o lo utilizan para agudizar sus disputas y discuten todo, cuando el otro se equivoque en las interpretaciones como una manera de establecer su razón.

TE PROPONGO QUE VEAS EL ESQUEMA QUE SIGUE Y DECIDAS CUÁL TE PARECE MÁS CLARO.

¿De dónde nacen las emociones?

En un esquema podríamos expresarlo de la siguiente manera:

1) Sucede un evento en nuestra vida presente.

2) Captamos lo que nos está sucediendo a través de nuestros sentidos (imagen, sonidos, olores, etcétera).

3) Esa información entra en nuestro cerebro que las procesa a partir de todo lo que tiene grabado en los recuerdos de nuestra historia de vida (que contiene creencias, ideas, experiencias, deseos valores, educación, intereses, etc.).

4) Ese proceso produce y emite una interpretación de lo que está sucediendo (que es la manera en que nosotros creemos lo que está sucediendo y que por lo general será la que más nos incomoda), y el cerebro dará la orden al cuerpo que se generan los neurotrasmisores acordes a esa interpretación.

5) Esos neurotrasmisores (u hormonas o péptidos, etc.) recorren todo nuestro cuerpo a través del torrente sanguíneo, y notamos cómo nuestro cuerpo se modifica, por ejemplo: aumenta la tensión muscular, o aumenta la circulación sanguínea, aumenta o disminuye la temperatura del cuerpo, etc.

6) A esas sensaciones físicas le ponemos el nombre de una emoción. Por ejemplo: si interpretamos algo como agresión tendremos adrenalina y noradrenalina en nuestro torrente sanguíneo. Y, por lo tanto, estaremos enojados y defendiéndonos.

7) Esto logra que se produzca un impulso que se convierte en CONDUCTA y serán éstas las que elaboran y construyen nuestra VIDA y por lo tanto, nuestro Futuro.

¿Dónde nacen las emociones?

En el consultorio suelo presentar el proceso de donde “nacen las emociones” de la siguiente manera:

La función (depende) de las emociones que sentimos en nuestro cuerpo, que a su vez son el resultado de los “químicos” ((2) = neuro-trasmisores, hormonas, péptidos, neuro-péptidos, etc.) que nuestro cerebro le hace producir a nuestro cuerpo a partir de las interpretaciones que nuestra Historia de Vida procesa como aquello que está sucediendo “ahí afuera” (y también adentro, en nuestra imaginación, pues al cerebro le da igual que suceda en el contexto exterior o que lo inventemos, en cuanto al tipo de químicos que va a emitir).

Para las personas que nos consultan comprender esto suele ser muy liberador, pues nuestra cultura nos hace creer que las emociones llegan como una “plaga” quien sabe de dónde, nos invade, y nos hace sus esclavos durante el tiempo que quieran, y luego se van “inexplicablemente”, también quien sabe adónde y porqué.

¿Cómo se desvanecen las emociones?

Nada hay más nuestro que nuestras emociones, se producen a partir de órdenes que emite nuestro cerebro y las sentimos en todo el cuerpo porque el torrente sanguíneo lo recorre con los “neuro-trasmisores” que produjeron nuestras interpretaciones. Las abuelas nos decían que si algo nos asustaba teníamos que tomar mucha agua, algo de cierto suelen tener algunos dichos populares, pues cuando tomamos líquidos los grandes filtros de nuestro cuerpo (hígado y riñones), filtrarán esos químicos que se desecharán y ayudará a que dejemos de sentir aquello que sentíamos.

Si nos atrevemos a escribirlo en forma de un sistema de ecuaciones simultáneas que se procesan en microsegundos y consecutivamente de la 4 a la 1, sería algo así:

Vida= f (conducta)
Conducta= f (emociones)
Emociones= f (interpretaciones(1))
Interpretaciones= f (Historia de Vida, Evento)

Claro, esa sólo es una parte de todo lo que sucede, aunque surgen otras preguntas (1) ¿Por qué si existen muchas interpretaciones distintas para cada evento, siempre elegimos la que más nos incomoda (duele, enoja, entristece, etc.)?

Porque la vida es perfecta, porque lo que sentimos que está “bien” difícilmente se decide cambiar, porque la evolución de nuestra consciencia, de nuestro ir haciéndonos adultos, de desarrollar nuestras habilidades, recursos… para llegar adonde decimos que queremos ir, para construir nuestro futuro; en fin, nuestra ciencia y tecnología, etc. generalmente se motiva a partir de la duda, la confusión, el error, el dolor, etc. entonces, podemos decir que todo dolor es una oportunidad para volver a reflexionar y realizar los cambios que queremos hacer para mejorar la calidad de vida según la vayamos definiendo.

Esto de ninguna manera significa que cuando la gente se siente “mal” deba interpretarse como algo que no debiera suceder; es decir, “está mal sentirse mal”.


Todos los seres humanos disponemos de distintas emociones para orientar nuestra conducta, ¿cómo podríamos decidir lo que queremos hacer si no sintiéramos nada?

Metafóricamente podemos decir que nuestras emociones y sentimientos son el “mail” interno que usa el inconsciente para informarnos acerca del sistema de creencias que estamos utilizando para interpretar lo que interpretamos y, por lo tanto, sentir lo que sentimos. Lo que suele molestarnos es la interpretación de lo que está pasando, nunca es realmente lo que ocurre.

También es cierto que hay emociones que gozan de “mala fama” en nuestra cultura como el enojo, la ira, la tristeza, la melancolía, el rechazo, la confusión, la inseguridad, entre otras muchas; sin embargo, todas ellas tienen un sentido específico o una intención positiva en un momento determinado.

Gracias a la confusión, las contradicciones, la duda y el error se motiva nuestro deseo de mejorar algo de nuestra existencia. Esto provoca que la ciencia evolucione y también cada uno de nosotros. Lo que está “bien” sería contraproducente cambiarlo; lo que está “mal” nos permite evolucionar cambiando aquello que queremos modificar.

Podríamos decir que a través de la vida vamos aprendiendo algo así como:
+ni es tan malo estar mal.
+ni es tan bueno estar bien.
+ni es tan necesario ser necesitado.
+ni es tan importante ser importante, entre otras.

Si aprendemos a usar nuestras incomodidades como fuente de inspiración para mejorar la calidad de vida, nos encontraremos utilizando el poder que tenemos sobre nuestro bienestar. Todo evento, por más doloroso o desagradable que nos resulte, puede ser transformado en crecimiento, en evolución; a través de un proceso de alquimia que podemos hacer con reflexión y otras técnicas.

Lo importante es ampliar la gama de emociones que nos permitimos vivir al aceptarlas a todas por igual cuando las consideramos simplemente como nuestro sistema de información interna. Son NUESTRAS y por eso podemos hacer con ellas lo que a nosotros nos parezca adecuado. Cuando las ignoramos, las rechazamos o las negamos simplemente dejamos de enterarnos de la información que nos traen y, por lo tanto, nuestras decisiones tendrán menos inteligencia emocional (porque contamos con menos información) y una probabilidad de error más elevada. Además es seguro que volverán a surgir para ver si ahora sí las vamos a escuchar.